Si los hogares avanzan hacia la domotización por sus innumerables ventajas, es lógico trasladar ese escenario a los centros de trabajo. Surge así el concepto de oficina inteligente. Una transformación más sencilla de lo que crees. Para ponértelo aún más fácil, te desvelamos todos los secretos que hacen posible este cambio.
¿Qué es una oficina inteligente?
Es lógico que lo primero que te venga a la cabeza al imaginarte una oficina inteligente sea todo lo que tiene que ver con la instalación de un sistema informático de última generación. Y, por descontado que este es uno de los elementos esenciales de la digitalización. Proveerte de ordenadores y todo tipo de dispositivos que faciliten tus tareas y simplifiquen las actividades típicas de estos centros de trabajo es esencial.
Sin embargo, una oficina inteligente es un concepto mucho más ambicioso. La idea es crear un entorno laboral dónde se potencie la productividad, sí, pero mejorando también aspectos como el confort y la seguridad de los empleados. Sin olvidar asuntos como el impacto medioambiental. Para conseguirlo, hay que intervenir en distintos ámbitos, como vamos a ver.
Las claves para la digitalización de una oficina
Mediante el aprovechamiento de todas las innovaciones tecnológicas disponibles, una oficina inteligente debe incidir en:
- La conectividad, porque las oficinas digitales no son un mero espacio físico. Se trata de garantizar que se puede trabajar desde cualquier lugar en condiciones óptimas.
- El bienestar, ya que el centro de trabajo debe convertirse en un entorno saludable y cómodo. Para conseguirlo, la climatización y los sistemas de ventilación juegan un papel protagonista. También, la iluminación, tanto la artificial como la natural. Esto último se consigue utilizando sistemas de protección solar que permitan una perfecta regulación de la entrada de luz, con sensores y otros mecanismos de automatización.
- La agilidad y la flexibilidad, mediante el diseño de estancias abiertas, sin obstáculos y que fomenten la actividad colaborativa.
- La sostenibilidad, entendida como un concepto global. En una oficina inteligente es imprescindible reducir los costes energéticos, adaptando de forma automatizada los consumos a las necesidades de ocupación y utilización de cada momento.
El diseño también tiene su peso en una oficina inteligente
Apostar por la digitalización de tu oficina es, sin duda, una cuestión que tiene que ver con la funcionalidad, como hemos visto. Pero, el objetivo final es, también, transmitir una imagen renovada y moderna de tu empresa. Por eso, tu oficina inteligente debe cuidar que este cambio incluya un proyecto de diseño acorde con los nuevos tiempos.
Uno de los elementos que más contribuyen a dar ese aire vanguardista a tu oficina son los sistemas de protección solar. Instala cortinas y persianas domotizadas y con un estilo funcional, ¡notarás enseguida la diferencia! No solo estética, también en lo que se refiere a confort.
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