¡Todo son ventajas cuando hablamos de casas inteligentes! Instalar un sistema domótico en tu vivienda es más sencillo de lo que piensas. Además, es una inversión que revierte inmediatamente en comodidad, ahorro energético y sostenibilidad. Te mostramos cómo puedes incorporar la domótica a tu vivienda y sacarle el máximo partido.
Es importante recordar que, en lo que se refiere a los sistemas de protección solar, un sistema domótico es mucho más que incorporar un motor para la apertura y cierre de los toldos o persianas. Es un equipamiento más sofisticado, con sensores de todo tipo, termostatos y que interactúa con los sistemas de climatización e iluminación.
Los puntos clave de la elección de un sistema domótico
Evidentemente, el objetivo final de instalar un sistema domótico en una vivienda es aglutinar el control de cuantas más funciones a distancia mejor. La idea de una casa domótica implica que lo puedas automatizar todo. Y que lo controles a distancia sin problemas: iluminación, climatización, cerraduras y alarmas, persianas y toldos… Y, ¿por qué no? También todos tus electrodomésticos más funcionales: lavadora, lavavajillas, horno, el robot aspirador…
Sin embargo, que no puedas acometer un cambio tan drástico, no significa que renuncies a la instalación de un sistema domótico en tu casa. Te recomendamos que priorices y selecciones en qué mecanismos te conviene priorizar esa domótica en tu hogar. Los expertos no tienen duda de que la climatización y la iluminación son los elementos dónde más beneficios vas a notar al instalar un sistema domótico.
Domotiza los sistemas de protección solar
Siguiendo con el argumento anterior, lo más ventajoso e inteligente es que comiences por incorporar el sistema domótico a todo lo que tiene que ver con ventanas, puertas, persianas, estores o toldos, en cualquiera de sus variantes. Y es lógico, porque son los elementos que más contribuyen al ahorro energético y al confort de una vivienda. Porque la idea es sacar el máximo partido energético y luminoso a las fuentes naturales, a la vez que garantizas el aislamiento de los interiores frente a los efectos negativos de los agentes ambientales o climáticos.
Pero, además, con este tipo de sistema domótico consigues otras ventajas:
- Regular la apertura y cierre a la verdadera incidencia de luz, no tanto programando con horarios preestablecidos, sino mediante sensores que captan el nivel lumínico exacto en cada momento del día o época del año.
- Optimizas la vida útil de todas tus instalaciones, ya que se recogen inmediatamente cuando se detectan factores de riesgo como el viento, la lluvia o el granizo.
- Mejoras la seguridad de tu vivienda porque puedes incorporar fácilmente cámaras y alarmas que te permitan mantener un completo control a distancia.
- Evitas accidentes domésticos, gracias a los sensores que te alertan no solo de humos, sino de cambios bruscos de temperatura u otras circunstancias que pueden ser señal de problemas.
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