Pocos gestos tan simples son, a la vez, tan importantes. Te recordamos los beneficios de ventilar la casa y por qué hacerlo. Además, te proponemos soluciones que contribuyen a que saques el máximo partido de esta rutina, sobre todo en las zonas que más lo necesitan como las cocinas y baños.
¿Por qué hay que ventilar la casa?
Ventilar la casa nos garantiza una mejor calidad del aire que respiramos. Indudablemente es imprescindible cuando hay miembros de la familia que padecen ciertas alergias. También si alguien tiene problemas respiratorios, pues aumentamos la cantidad de oxígeno a la vez que reducimos la de CO2. En general, nos beneficia a todos porque los ambientes cerrados acaban generando una sensación de “aire cargado” que nos aturde.
Pero, además contribuye a regular los niveles de humedad y a librarnos de los malos olores. Permite que entren directamente los rayos de sol que, entre otras propiedades, tienen efectos desinfectantes. Sin ir más lejos, sobre las zonas en las que puede aparecer moho, porque seca los restos de vaho o infiltraciones de líquidos.
La forma correcta de airear una vivienda
Ahora que sabes lo trascendental que es ventilar la casa, te interesa asegurarte de que lo estás haciendo bien. ¿Cuánto tiempo deben estar las ventanas abiertas? ¿A qué hora? ¿Todas las habitaciones necesitan la misma ventilación?
Primera aclaración: 10 minutos al día son suficiente tiempo para que se ventile una casa en condiciones normales, como máximo 20, aunque depende del número de habitantes, las proporciones de la estancia y las actividades que se desarrollen en esa habitación.
El momento elegido depende de la estación del año en la que estemos. Durante los meses de frío conviene que lo hagas a mediodía, aprovechando las horas de más calor. En verano, el momento perfecto es cuando empieza a oscurecer, porque así refrescas los dormitorios antes de dormir. También es buena costumbre airear los dormitorios según nos levantamos, mientras hacemos las camas.
Respecto a la ventilación que necesita cada habitación, en general los dormitorios deben airearse una vez al día. En las cocinas y comedores es imprescindible hacerlo después de cocinar. El baño, cada vez que se produzca una acumulación de humedad. El resto de la casa se debe ventilar mientras se limpia.
La ventana Hervent ayuda a ventilar la casa
Hermetismo y la máxima capacidad de ventilación, ¿se puede pedir más a una ventana? La respuesta es sí, porque este modelo se elabora con lamas con movilidad hacia el exterior para que su apertura permita ventilar la casa sin que se invada el espacio interior. Una cualidad que es especialmente interesante cuando se coloca en zonas de dimensiones reducidas pero que necesitan airearse con frecuencia.
En el caso de una vivienda, estamos pensando en las cocinas y los baños. La ventana Hervent, producto de la más avanzada tecnología y fabricada con los mejores materiales, se instala fácilmente aprovechando cualquier hueco. Incluso si sus dimensiones son pequeñas, el nivel de ventilación que proporciona no se ve mermado, ya que su apertura es prácticamente total. ¡Aprovechamiento óptimo del espacio disponible!
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