La arquitectura bioclimática consiste en diseñar y construir edificios que aprovechen las condiciones climáticas y geográficas de su entorno para optimizar su eficiencia energética.

Si te decides por encargar los planos de tu vivienda a uno de estos estudios, comprobarás que tendrán en cuenta los siguientes elementos:

Orientación de la vivienda

Estos arquitectos harán un análisis del entorno que les permitirá saber cuál es la ubicación más beneficiosa para conseguir un necesario equilibrio para tener éxito en la construcción de la obra: la edificación se situará en lugar óptimo para aprovechar la brisa o el viento en verano y el sol y la luz natural en invierno.

Sin llevar a cabo estos cálculos, sería imposible conseguir un aprovechamiento total de estos recursos naturales, pues como sabes el sol cambia de posición durante el año; sus rayos inciden de manera diferente en los meses de verano que en invierno. Así las fachadas con orientación sur y oeste de los edificios se calientan mucho más en verano.

Equilibrio entre la protección del calor y del frío

Se incorporarán elementos como grandes ventanales para aprovechar al máximo la luz natural o un aislamiento adecuado de las paredes y el techo. Si en el territorio soplan fuertes vientos, o es un lugar muy soleado, este proyecto de arquitectura también lo tendrá en cuenta como fuente de abastecimiento energético.

Proteger los ventanales: la clave del éxito

Los grandes ventanales o la abundancia de ventanas por donde pueda pasar la luz natural son una característica muy común en la arquitectura bioclimática. Aprovechar la luz natural todo el año y el calor del sol en invierno, hacen necesaria la instalación de grandes captadores de luz y calor como son las ventanas.

Las diversas protecciones exteriores tales como los enrollables Screen, los toldos, las lamas o las celosías basculantes en madera o en aluminio, consiguen reducir el calor del verano de manera muy considerable.

En muchos casos la edificación podrá reducir su refrigeración tradicional con aire acondicionado hasta un 50 %. De hecho, en numerosos proyectos, se puede conseguir refrigerar el edificio totalmente con estos sistemas de persianas y celosías.

El abanico de posibilidades que ofrecen las protecciones exteriores para ventanas son amplias y todas ellas cumplen su misión: evitar que el sol impacte en los cristales; unas ventanas sin protección exterior se convierten en una fuente importante de calor que llega al interior del edificio. Sin este impacto, la temperatura dentro de la vivienda se mantiene mucho más fresca, además el diseño de todas estas soluciones de protección permitirá, al mismo tiempo, dejar pasar la luz natural y consiguiendo claridad en los espacios.

Nosotros, desde Gravent, te animamos a que nos consultes sobre los numerosos modelos de persianas, celosías y enrollables exteriores. Encontraremos la solución perfecta para ti.